Las nuevas creaciones de los fabricantes aeronáuticos, el nivel de madurez de análisis y detección de mercado y la sofisticación de tecnologías, hacen que las nuevas aeronaves sean más rentables para los operadores, donde la relación consto-inversión y otros factores son más “orgánicos” que en el pasado.
El concepto de las aerolíneas de bajo costo que inició con un delirio pragmático de Michael O’Leary CEO de Ryanair, transformó la forma de viajar por avión, la manera de pensar de los usuarios y el accionar de los empresarios, lo que motivó a realizar cambios sin precedentes en la industria y un ajuste obligado de los nuevos aviones acorde a las necesidades de los mercados.
Ahora, en 2017, el problema no son los aviones, ni la aerodinámica y menos la tecnología, son los pilotos y es que sencillamente no hay. El déficit aumenta y los aviones “vuelan” en paralelo ante tal escenario.
Desde el 2011, La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) advirtió sobre ritmo acelerado de las operaciones, el crecimiento de la demanda y la cantidad de personal técnico aeronáutico que por lo menos hasta el 2030, se requiere.
En concreto se necesitarán, 160,000 nuevos pilotos, 360,000 de personal de mantenimiento y 40,000 nuevos controladores aéreos para atender la creciente demanda.
Los fabricantes también lo han advertido, pero ellos continúan vendiendo sus aviones de pasillo único –que es lo de moda y lo que acomoda- como si fuera “pan caliente”.
Trágicas las escenas que podríamos presenciar en por lo menos tres años; aerolíneas con monumentales pedidos de aeronaves que no volarán por falta de pilotos y personal para atender la operación. Esto también la advirtió el CEO de Skywest, uno de los mayores operadores de aviación doméstica/regional en los Estados Unidos recientemente ante el Congreso.
Y es que este efecto nocivo lo padecerán principalmente las aerolíneas con le modelo de bajo o ultra bajo costo que con el afán de optimizar costos operativos y aumentar la capacidad de su personal –como ya lo hacen algunas- la bomba de tiempo explotará. Añadiendo que, son quienes tiene mayores pedidos de aeronaves.
No hay avión más caro que el que está en tierra, los altos costos de tener una aeronave que no produce dinero dejará serios problemas financieros a las compañías aéreas. ¿Pero qué hacemos? La carrera de piloto cada vez es más costosa, las aerolíneas piden más horas para postularse como primer oficial y ya no se diga de la convalidación, revalidación, exámenes médicos, cursos para mantenerse al día, etc., situación que a cualquiera le rompe la madre.
Y no solamente hablamos de México, sino de varios países donde la situación es similar, sin ir tan lejos, en Estados Unidos ocurre lo mismo y es que financiar una carrera tan rápida –en tiempo- de más de 80 mil dólares, además de la inversión fuera de la escuela de vuelo es un delirio.
El panorama es desalentador para cualquiera que intenta expedir una licencia y que en algunos casos el alcanzar la meta suele ser en vez de un sueño una pesadilla; la idea romántica de ser piloto se terminó.
1. El panorama convierte a los actores políticos, gubernamentales y empresarios a mirar más de cerca esa problemática que al final perjudicará a la industria y su entorno, están obligados a hacer algo. Irónicamente ya no continuarán con la recaudación de su “diezmo” religioso, pues pocos tendrán para las convalidaciones, revalidaciones, exámenes médicos y cursos de actualización, simple y sencillamente los jóvenes se dedicarán a otras actividades, como muchos ya lo han hecho.
2. Será importante observar en el futuro si las aerolíneas de bajo costo se “aprovecharán” de la necesidad de conseguir un empleo luego de tan colosal inversión, pagando sueldos miserables con la política “si no quieres ahí está la puerta”.
3. Queda mucho por hacer, la solución no es contratar a pilotos extranjeros en México, ojo, no se confundan.
Visto en: Transponder 1200